dijous, 22 d’agost del 2013

ROCA JUSMET, Lluís: "La filosofia com a art de viure: El diàleg (im)possible entre Pierre Hadot i Michael Foucault" Sinopsis de Sílvia Gil Cordero

LA FILOSOFIA COM A FORMA DE VIDA 


"La filosofia com a art de viure: El diàleg (im)possible entre Pierre Hadot i Michael Foucault"  per Lluís Roca Jusmet.


Sinopsis de Sílvia Gil Cordero



Cuando el catedrático de Filosofia, Lluís Roca Jusmet, termina su artículo en la obra colectiva La filosofia com a forma de vida (2013titulado "La filosofia com a art de viure: El diàleg (im)possible entre Pierre Hadot i Michael Foucault", me embarga una tristeza justamente por eso mismo que denota el título, la imposibilidad de haber podido disfrutar por aún más tiempo, debido a  la muerte prematura por el Sida de Foucault, en 1984, del diálogo de esas dos brillantes mentes, sobre asuntos respecto a cómo la verdad puede verse como  algo ilusorio en el caso de Foucault o  sin embargo, como algo cierto en el caso de Hadot; o bien, la Justicia o las acciones justas, como algo cuestionado en  Foucault o cómo aquello que se inscribiría en la perspectiva humanista universal y cósmica de Hadot. 

Lluís Roca, nos invita a repasar los sucesos más relevantes de la biografía de ambos autores. 



De Foucault, nos explica su iniciación a la filosofia desde el hegelianismo de su profesor Jean Hypolite; su amistad con Georges Canhilheim, historiador de la ciència, crítico con la psicología y la psiquiatría, disciplinas que interesan mucho a Foucault; con Georges Dumézil, estructuralista, estudioso de mitos y religiones. Con influencias notables del también estructuralista, Lévi-Strauss; de Maurice Blanchot y George Bataille, a través del cual accederá a Nietzsche y con quién estará en deuda en sus trabajos sobre la Genealogía del Poder; sin olvidar, que el término arqueología lo recogerá de Kant. Todo ello, amenizado por una personalidad insociable y conflictiva, en lucha con su entorno, a causa de su homosexualidad mal llevada, que le llevará a visitar California, paraíso gay de la tolerancia, en 1975 y que, dará lugar, en 1976 a su obra Historia de la sexualidad , continuamente en revisión, y en donde plasmará sus estudios sobre los clásicos grecolatinos, entendiendo la vida como una obra de arte. 



De Pierre Hadot, nos dice que en su adolescencia tuvo experiencias místicas y que en 1944 se ordenó sacerdote, distanciándose del mundo eclesiástico ante la condena por parte de Pío XI, de la filosofía de Teilhard de Chardin. Al dejar los hábitos, se casará en segundas nupcias con Ilsetrud Marten, muy importante para la evolución de su pensamiento y la estabilidad de su vida más bien convencional; que formó parte del grupo Esprit dirigido por Paul Ricoeur y que a instancias de Michel Foucault,entró en el College de France. 

Tanto para Foucault como para Hadot, la filosofía va a ser una forma de vida y una experiencia. Si Hadot se forma en la escolástica (Santo Tomás), la fenomenología y el existencialismo y es riguroso en mantener la fidelidad de los textos y lo que quiso decir un autor, situándose en las antípodas de Foucault, éste buscará la coherencia a través de las crisis y las rupturas. 

Será a partir de aquí,  en dónde el catedrático en Filosofía,  Lluís Roca Jusmet, nos muestra cuáles son los ejercicios espirituales que según Pierre Hadot , en base a la tradición grecolatina, persiguen conseguir una transformación y superación del yo, para entrar en una dimensión cósmica. 

Serán:
- Aprender a vivir: Haciendo todo el Bien posible y evitando el Mal posible.
- Aprender a dialogar: Entendiendo el diálogo como una capacidad para seducir el espíritu del otro, en pos del Bien.
- Aprender a morir: La filosofía es una preparación para la muerte, como decía Platón, siendo fiel al Logos hasta el punto que ello comporte el riesgo de perder la vida, como le pasó a Sócrates.
- Aprender a leer: Dejar que los textos nos hablen.

Por otro lado, el profesor Lluís Roca, nos indica la epistemesthai la cura de sí que nos plantea Michel Foucault, aquello que servirá para acceder de manera serena, a un autodominio que nos permita una búsqueda singular del placer y una práctica de la libertad, incompatible con las relaciones de poder, fijas, cerradas e inmóviles. Así pues, la cura de sí es un combate espiritual contra las pasiones (a nivel interno) y, contra las formas de dominio (a nivel externo). 

Será preciso:
- Una áccesis: Imaginar la peor situación posible de algo, para irse habituando a ella, para poder soportarla, juntamente con el ejercicio del cuerpo gymnasia, que favorece el cuerpo, su fuerza y su salud. 
- Examen de conciencia: En el dominio del yo, se trata de decirse lo que se ha hecho frente a aquello que se debería haber hecho, buscando la eficacia en el arte de vivir. 
- Veracidad: En dónde la verdad del discurso parresia, es la verdad de la vida entendiéndola como una relación con uno mismo y, con los demás y también, con unos principios interiorizados.  Vinculada a una mena de arte para guiar espiritualmente a los demás.
- La escritura de sí: Resulta imprescindible un cuaderno de notas, una especie de diario dónde escribir nuestras experiencias, como la narración de la propia vida.
- Lectura: Cada libro se ha de entender y tomar como una experiencia vital en sí misma, como un experimento. 
- Interpretación de los sueños: El yo no es más que una ilusión (apunto yo misma que ya para David Hume, el yo no es más que una suma de percepciones). No hay un yo verdadero, que descubrir como apuntan los psicólogos de Palo Alto. El yo se construye día a día con el combate espiritual, con los demás. Es el resultado de un proceso vital. 

Después que Lluís Roca Jusmet, nos haya indicado las diferentes maneras de vivir la filosofia de Foucault y Hadot, pasa a ofrecernos la crítica de Hadot a Foucault, con respecto a su interpretación de los clásicos o mejor dicho, sus acuerdos y desacuerdos. 

Sus acuerdos son que la filosofía antigua es una práctica vital; que no hay ruptura entre la filosofía de Sócrates, Platón con el helenismo; que, incluso el cristianismo, no es más que la práctica de ejercicios como los de los estoicos y que el interés contemporáneo de los clásicos reside en sus prácticas espirituales.
Sus desacuerdos estriban en observar el momento justo en que la filosofía y los filósofos o bien se pueden definir como sujetos éticos o bien como sujetos epistémicos, es decir, en qué momento se produce la separación entre filosofía y vida, para ser únicamente un estudio textual. Para Foucault, el comienzo está en Descartes, aunque sus Meditaciones serán un ejemplo de ejercicio espiritual. Para Hadot, se establece al final de la época romana con el planteamiento escolástico de la filosofía. Otro desacuerdo lo podemos ver en que si para Foucault en la filosofía antigua hay una estética de la existencia y una ética del placer, para Hadot esto no existe en la filosofía antigua. 

A todo ello, el autor del artículo, Lluís Roca llega a unas conclusiones provisionales. Hadot es espiritualista, mientras que Foucault es materialista. Para Hadot, la felicidad está en el presente, pero éste nos transciende en un momento sagrado que nos vincula con la eternidad. Para Foucault, la escritura sería la manera como cada uno se explica a sí mismo la construcción de su identidad intentando autogobernarse a sí mismo. 

Sinopsis de Sílvia Gil Cordero



BIBLIOGRAFIA:

ROCA JUSMET, Lluís (2013), "La filosofia com a art de viure: El diàleg (im)possible entre Pierre Hadot i Michael Foucault", en VVAA & LLORCA, Albert (coord.), La filosofia com a forma de vida, Barcelona: La Busca, pp. 203-221

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