LA
FILOSOFIA COM A
FORMA DE VIDA
DOLTRA, Marta: “Racionalisme i sentiment”
Sinopsis de Sílvia Gil Cordero
El filósofo ilustrado, Kant
(siglo XVIII), opondrá el mundo superior al mundo inferior; no hará derivar el
uno del otro, o dirá por ejemplo, que el mundo superior dónde anida la ley
moral, el bien universal, el espíritu y la libertad, se haya derivado del mundo
inferior dónde se encuentran los instintos, las pasiones, las leyes físicas.
Esto es lo afirma Marta Doltra, Catedrática de Filosofía en la Secundaria. La
empatía, para Kant, pues, no será fuente de moralidad. No es porque nos da pena
un mendigo que le hemos de dar limosna, sino, porque es nuestro deber. “Deber
por el deber”.
¿La justicia tiene que ver con
las decisiones que toman los demás? ¿La justicia tiene que ver con la propia
consciencia? Ese será el segundo problema kantiano que nos señalará Doltra.
Kant no es muy optimista respecto a la bondad intrínseca del ser humano y, por
otro lado, es posible que una persona bondadosa no pueda ejercer bondad porque
no se lo permitan o no sepa cómo aplicarla. Pues bien, la buena voluntad es buena en sí misma. No es necesario que obtenga lo
que pretende; sólo porque quiere, es
buena en sí.
Totalmente contrario es el
planteamiento de Fichte en Ensayo de una
crítica de toda revelación. Para él, los sentimientos hacen nacer los
valores morales dentro de la convivencia social. Van unidos y no se pueden
aislar, de tal modo que nuestra acción moral, puede cambiar el mundo. Ese es el
“a priori” de nuestro obrar, ya que la persona se define actuando en el mundo,
a través del conatus , el impulso.
Si para Kant el Imperativo
Categórico, el “deber por el deber” ha de ser un imperativo autónomo,
intrínseco al ser humano, por el contrario para Fichte, el deber ha de ser
heterónomo, es decir, ha de provenir del exterior. Si una persona se rige por
su sensibilidad inferior, se le habrá de imponer la ley por la fuerza.
Marta Doltra, nos propone hacer
un análisis del pensamiento kantiano y fichteano, en la obra de John Rawls.
Rawls propone una sociedad surgida del pacto social, tras la lectura de Kant,
dónde el interés egoísta esté por debajo del interés de todos. Pero, ¿cómo se
podrá saber a ciencia cierta que eso será así? La respuesta es sorprendente.
Los contratantes han de estar bajo el “velo de la ignorancia”, cómo si
desconocieran su talento, su fortuna o su capacidad natural. De tal manera que,
las desigualdades sociales, según él necesarias para dinamizar la sociedad, estén
ordenadas de forma que el beneficio sea universal y, en dónde los cargos y
posiciones sociales, estén abiertas a todo el mundo. Así pues, da la sensación
de que Rawls, según Doltra y otros intérpretes, prioriza la libertad, frente a
la igualdad.
Amartya Sen, discípulo de Rawls,
afirma que hay tres ideas rectoras para la justicia, difíciles de conciliar
entre sí:
-
el utilitarismo, dar a quién sabe utilizar los medios a
su alcance.
-
el igualitarismo, dar oportunidad a quién no tiene
dinero, ni propiedades.
-
el libertarismo, dar el producto del trabajo a quién lo
haya realizado.
De tal forma y manera que, en
caso de malnutrición, enfermedades y catástrofes, se habría de priorizar la
igualdad, antes que la libertad. Se hace complicado pues, una jerarquía para
los primeros principios de justicia.
Inspirándose en Adam Smith, Sen
dice que ver la vida como un negocio, un equilibrio constante entre un cálculo
de beneficios y pérdidas, es inhumano. Lo mismo para lo que se refiere a
cumplir con el deber (kantiano) y la justicia; o la justicia y la igualdad.
Doltra pone el ejemplo del militar que ha de cumplir con el deber de defender
una guerra justa, o el rey que no quiere
que muera gente para que triunfe dicha justicia. Se puede ser equitativo y muy
injusto. La justicia ha de estar ligada a la realidad y por eso mismo, no todo
el mundo ha de tener los mismos derechos.
Más que el modelo contractualista
que Rawls defiende basándose en Kant, y éste en Rousseau, Sen prefiere “el
espectador imparcial” propuesto por Adam Smith. Al contrario de lo enunciado
más arriba, este espectador no estará bajo el velo de la ignorancia, sino que
se hará necesario que esté bien informado, aún cuando no ha de saberlo todo,
para, de ese modo, crear leyes desde dentro de la propia sociedad, y no desde
fuera, a través de un contrato.
En conclusión, Doltra termina
diciéndonos que, entre el propio interés y el de todos, se hace necesario un
ajuste en cada situación. Una tarea pues, que nunca termina.
BIBLIOGRAFIA:
DOLTRA, Marta: “Racionalisme i sentiment”,en VVAA & LLORCA, Albert (coord.), La filosofia com a forma de vida, Barcelona: La Busca, pp. 139-158
FICHTE, J. G.: Ensayo de una crítica de toda revelación. Biblioteca
Nueva, Madrid, 2002, edición de Vicente Serrano. (Citado por Marta Doltra)
KANT, I.: La religión dentro de los límites de la mera razón, Madrid,
Alianza, 2001. (Citado por Marta Doltra)
RAWLS, John: Una teoria de la justícia. Papers amb accent, Girona, 2010 (Citado
por Marta Doltra)
SEN, Amantya : La idea de la justicia, Taurus, Madrid,
2010. (Citado por Marta Doltra)